Tardes fantasmagóricas en las que todo el mundo se quiere, o eso dicen.
Ratos en los que a la vida le da por jugar, y se te echa encima oprimiéndote hasta dejarte K.O.
Efímeros momentos de felicidad en los que sientes a ellos, a los que importan.
Instantes de repentino egoísmo en los que empiezas a pensar en tí, sólo en tí...
Momentos de felicidad acompañados de una guitarra, unos bongos, tabaco y buenos amigos.
ResponderEliminarLo tenemos todo.
Aunque la vida juegue, jugamos con ella